10.000 kilómetros... no son nada. La boda de Gemma y Carlos

Si ya es complicado organizar una boda, ¿imagináis hacerlo a 10.000 kilómetros de distancia? Pues para Gemma y Carlos la distancia no ha sido inconveniente para hacer realidad todo lo que deseaban para el día de su boda. Ella de Sevilla, él de Madrid y residentes en Santiago de Chile, su historia está llena de viajes y de retos, pero siempre juntos.

Desde que Carlos se declarara en Venecia, comenzaron a preparar con todo el cariño (y venciendo cambios horarios y demás), el día de su boda en Sevilla.

Le pedimos a la novia que nos contara detalles de todo lo que se vivió el 7 de mayo de 2016, y así nos lo ha contado al #EquipoCocatoo.

«Mi novio es de Madrid y yo soy de Sevilla y allí nos casamos, en la Capilla de la Esperanza de Triana, es mi hermandad donde hago estación de penitencia cada año como nazareno (exceptuando este que por estar viviendo en Santiago de Chile me fue imposible ir).

Imagen de Aníbal Fotógrafo

Por otro lado, todo fue preparado con mucho esmero para que no faltara ni un detalle, la invitación iba con un sello de lacre color crema con nuestro logo GC que fue usado en muchos detalles de la boda como en los cuadernos de misa, en las minutas, en el seating plan, en la suela de mis zapatos, en el photocall, en el libro de firmas, etc. Y aquí en Chile nos apuntamos a la academia de baile Rumba Chilena para hacer un vals (con la canción Have you ever love a woman de Bryan Adams) que dejó con la boca abierta a todo el mundo :). Además, la música nos gusta mucho a los dos, en la ceremonia religiosa había un cuarteto de cuerda y hubo tres grupos de música en la hacienda Montecarmelo: una banda de jazz, un grupo de flamenco y otro ochentero.

Gemma, poco antes de salir hacia la Iglesia. Foto Aníbal Fotógrafo

La boda tenía temática de cine por eso la últimas canciones de la iglesia fueron la famosa de Aladin (un mundo ideal) y la famosa Marcha Imperial de Star Wars fue con la que salimos. El seating plan tenía estrellas imitando el paseo de la fama de Hollywood y cada mesa en lugar de estar numerada, tenía el nombre de una película que tiene algún significado especial para nosotros. Al salón entramos con la canción de Piratas de Caribe y el photocall estaba hecho con unos Oscars gigantes a lo Kodak Theather de Hollywood, había una claqueta y varias frases míticas del cine: «Yo soy tu padre», «Sinceramente querida me importa un bledo»… a parte de varias boas, pelucas, gafas, etc para disfrazarse, lo que resultó muy divertido en la barra libre.

A pesar de que comenzó a llover a la hora del aperitivo (lo que deslució el jardín), todo el mundo se lo pasó genial, no hay más que ver el video que realizó Cocatoo para dar fe de ello y las fotos, que hizo Aníbal Fotógrafo.

En cuanto a mi traje, lo realizaron en Victorio y Lucchino, que completaba con un tocado muy especial realizado por Javier García, con el ancla que representa a la Virgen de la Esperanza (titular de mi hermandad de la Esperanza de Triana). La peluquería, de Eduardo Barrera y el maquillaje de Nars. El ramo, de la floristería Atrio. El novio llevaba chaqué de Trajes Guzmán«.

Gracias por contar con nosotros. Foto Aníbal Fotógrafo

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